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miércoles, enero 23, 2008

Gabriela Catoira «Lo que yo hice, lo hace todo el mundo»



Una serie de fotografías de Gabriela Catoira en juegos sexuales y manteniendo relaciones con su esposo inundaron los correos electrónicos desde septiembre pasado y provocaron mil y un comentarios, desde los más sórdidos hasta los que se apenaron de ella al suponer que una mano dañina había invadido su privacidad. Y si bien la magnífica tuvo que soportar miradas acusadoras y cuchicheos a sus espaldas, logró superar la situación, consciente de que no había hecho nada malo y de que más bien había sido víctima de su propia travesura.
- ¿Te llegaron a vos las fotos o alguien te dijo que estaban circulando?
- En realidad, yo sabía que las iban a publicar porque me robaron mi computadora y sé lo que había en ella. Esto pasó en mayo del año pasado y entonces le dije a mi esposo lo que se nos venía encima. Él trató de tranquilizarme diciéndome que de repente no pasaría nada.
- ¿Es cierto que trataron de extorsionarte?
- Antes de que las publiquen, en septiembre, me enviaron una foto a mi correo y me decían que tenían otras. Yo no sé si me querían hacer daño a mí o a la agencia (de Pablo Manzoni), porque allá igual llegaron amenazas.
- ¿Creés que fue una guerra de agencias de modelaje?
- Mirá, no sé. Para mí fue muy difícil, lloré hartísimo porque se trataba de un daño a mi intimidad.
- ¿Cuánto te pidieron por no publicar las fotos?
- Cinco mil dólares.
- ¿Y por qué no los pagaste?
- Porque no quise entrar en ese juego. Yo sabía que si les daba, igual las iban a publicar; es como cuando te roban tu auto y te llaman para pedirte plata a cambio de devolvértelo: les das la plata y se llevan tu auto.
- ¿Qué sentiste al ver tus fotos en la Internet?
- Dolor, rabia... Pero también me dije: ‘Esto no me puede matar’. Por eso salí a la calle, para que me miren, para que me señalen y me digan lo que quieran. ¡Quería agotar el dolor! Decime: para qué viajar, irme a otro país, si al volver iba a ser lo mismo.
- ¿Sospechás de alguien?
- No. Creo que cualquier persona pudo haber sido. Me robaron la (computadora) portátil de mi auto, cuando fui a la universidad. ¿Pero sabés qué? Más daño hacen las personas que reenvían las fotos a sus contactos una y otra vez, que quien las mandó por primera vez. Esa gente que las mira, se burla y habla pestes de mí. Pienso que ellos están más enfermos que el ladrón o son tan malos que no tienen miedo de que les pueda pasar con una hermana, con una amiga o con ellas mismas.
- Así como le dijiste a tu esposo lo que probablemente iba a pasar y pasó, ¿le comentaste a tu familia?
- No, tenía la esperanza de que no les llegue. Pero creo que lo más importante era que me prepare yo para poder superarlo. Además, mentalicé un pensamiento que siempre he tenido: no soy la primera persona a la que le va a suceder algo, siempre hay gente que sufre más que uno.
- ¿Y qué te dijeron en tu casa?
- Nada. No hubo ningún comentario al respecto, ni siquiera de parte de mis hermanos. Imagino que ellos sabían lo que estaba pasando. Hubo un momento en el que yo sentí miedo...
- ¿Miedo o vergüenza?
- Vergüenza no, porque no había hecho nada malo: era mi marido y era nuestra intimidad. Lo que yo hice, lo hace todo el mundo. Tenía miedo porque me habían extorsionado y esa gente puede ser capaz de cualquier cosa.
- Gabriela, no todo el mundo se fotografía haciendo el amor...
- Lo sé y de repente fue un error hacerlo, pero no es malo. Son cosas que surgen en el momento: uno se pone a jugar y qué sé yo, son experiencias nuevas...
- ¿Qué aprendiste de todo ese embrollo?
- Aprendí que hay que cuidarse de todo y de todos, que uno no puede evitar ciertos problemas, pero sí los puede superar.
- ¿Y tu esposo?
- Él siempre estuvo más tranquilo, imagino que para hacerme sentir bien porque yo sí que estuve mal. Su ayuda fue importante para salir adelante, así como la de mis amigos... Descubrí quienes lo son realmente, con los que puedo contar en las buenas y en las malas.
- ¿Son tus amigas las magníficas ?
- Lo son, ¿por qué?
- Porque se dice que existe rivalidad entre las modelos. ¿Creés que alguna de ellas puede estar detrás de todo esto?
- No sé. Cuando yo estaba con ellas las sentía mis amigas, nos ayudábamos mutuamente. Ahora no sé.
- ¿Influyó el lío de las fotos para que no estés en Las Magníficas?
- Sentía que no estaba preparada para salir al frente y decir ‘aquí estoy’. Por eso, hablé con Pablo (Manzoni) para no estar en el show.
- Si supieras quién fue la persona que envió las fotos y si el país tuviese una ley que castigue este tipo de delito informático contra la dignidad de la mujer, ¿hubieras ido a juicio?
- Sí, pero seguro que hubiese sido muy difícil comprobarlo. Ojalá en el futuro haya alguna forma de detener todo esto, porque realmente hacen mucho daño.
- ¿Cómo fue que aceptaste aparecer públicamente, concursando en el programa En Buena Hora?
- Primero me invitaron para participar en un casting que buscaba a la conductora de un programa del mismo canal; pero sentí que lo de las fotos todavía era muy reciente. Después de algún tiempo me propusieron estar en el concurso de baile; como era por una buena causa y ya era hora de sacudirme el problema, acepté. Al principio tuve miedo, pero ya se me pasó. Los líos hay que enfrentarlos. Estoy feliz de estar en el programa. Siempre me ha gustado el baile y las pasarelas.
- ¿Creés que ya todo ha pasado?
- Fui el chisme del momento, como también lo fueron otras chicas. Sé que mucha gente se divirtió a costa mía.
- Aparentemente, la prensa fue benévola con vos. No se ha publicado nada al respecto...
- Sí, y nunca me cuestionaron sobre eso. Pero te cuento que no tenía miedo. En la agencia me dijeron que no hable con nadie, que me iban a destruir, pero felizmente no fue así. Ahora acepté hablar con vos porque creo que es bueno hacerlo, aunque vos hayás escrito el año pasado, para el Bolivia Moda, que yo desfilé con la barriga ‘blandengue’ (risas). Era verdad.
- ¿Qué viene más adelante en tu vida, seguís siendo magnífica?
- Sigo siendo. Estoy cursando el octavo semestre de Odontología, el próximo año termino. También hago prácticas, atiendo a la gente, hago campañas... Me gusta servir a la gente, ayudar a las personas a sentirse y verse bien.
- ¿Y tu hijo?
- ¡Ya está grande! Si bien un día, cuando supe que estaba embarazada, tuve mucho miedo de ser mamá, ahora siento que es lo mejor que me ha pasado en la vida. Yo vivo por él.

Modelo desde jovencita

Tiene 22 años. Ha sido modelo publicitaria desde muy joven, cuando ilustró el catálogo de Galery. Pronto incursionó en las pasarelas, de la mano de la agencia Unique. Con sus 1,68 m de estatura, en 2005 participó en el espectáculo de Las Magníficas, donde se destacó por su carisma. Hace poco más de un año que se casó con Julio César Paz, con quien tiene un niño, Sebastián.

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