En el psicoanálisis freudiano el complejo de Edipo se refiere a la atracción sexual que, inconscientemente, siente un niño por su madre. Simultáneamente, en el subconsciente del niño se da también un sentimiento de odio por el padre. El periodo de manifestación del complejo abarca, aproximadamente, los seis primeros años de vida del niño, como parte de la llamada etapa fálica (pregenital).
El concepto fue desarrollado por Sigmund Freud, quien se inspiró para su denominación en el mito de Edipo.
Carl Jung desarrolló de forma similar el complejo de Electra, entendido como la atracción entre una niña y su padre. Freud nunca aceptó la idea de Jung ya que consideraba la sexualidad femenina dentro de un modelo más complejo de la vida.
Problema
Esta conflictiva edípica debe ser reprimida para favorecer el desarrollo natural de la sexualidad del niño. Más cuando la conflictiva edípica se dirige al inconsciente, entonces se pone en funcionamiento el complejo de castración, que aporta al niño una respuesta rudimentaria al enigma que le plantea la diferencia anatómica de los dos sexos (posesión o privación del pene) que el niño atribuye al cercenamiento del pene en la niña. El niño teme el cercenamiento del pene como castigo de sus actividades sexuales, lo cual le provoca una intensa angustia de castración. En la niña, la ausencia de pene es sentida como un perjuicio sufrido que psicológicamente intentará negar, compensar o reparar.
Edipo --> fenómeno central del periodo sexual de la primera infancia. No funciona porque:
a) está condenado al fracaso, porque no se tendrá la satisfacción ni el hijo;
b) se desvanece porque su tiempo ha llegado.
El interés del niño por los genitales, fase fálica, desaparece para volver luego del periodo de latencia. Durante este periodo, le otorga especial atención y recibe entonces la amenaza de castración de parte de la madre, que buscan reforzar su autoridad con la ayuda del padre o del médico
Al principio no presta oídos a la amenaza, pasa por el retiro del pecho materno, temporario y definitivo luego y la separación del contenido de los intestinos, requerido diariamente. Cuando ve la falta en una niña, advierte la posibilidad de la castración y la amenaza adquiere su efecto con posterioridad (nachträglich). El complejo de Edipo ofrece al niño dos vías:
- activa, tomar a la madre y sustituir al padre
- pasiva, hacerse amar por el padre.
La persecución del Edipo en cualquiera de los sentidos determina la castración (como castigo o como requisito), aparece la lucha entre el narcisismo hacia una parte de su cuerpo y la investidura libidinosa de objeto. El Yo del niño se extraña del complejo.
Solución Se sustituye la investidura de objeto por la identificación, se introyecta a la autoridad del padre y de la madre, y se forma el núcleo del superyó, que severamente prohíbe el incesto y el retorno de las investiduras de objeto. Las aspiraciones libidinales son desexualizadas y sublimadas por una parte, e inhibidas en sus metas y mudadas en mociones tiernas. Se inicia el periodo de latencia. Describe este proceso como represión, si bien a futuro requiere el superyó que en este caso está en formación. Más que represión es cancelación y destrucción del complejo.
El concepto fue desarrollado por Sigmund Freud, quien se inspiró para su denominación en el mito de Edipo.
Carl Jung desarrolló de forma similar el complejo de Electra, entendido como la atracción entre una niña y su padre. Freud nunca aceptó la idea de Jung ya que consideraba la sexualidad femenina dentro de un modelo más complejo de la vida.
Problema
Esta conflictiva edípica debe ser reprimida para favorecer el desarrollo natural de la sexualidad del niño. Más cuando la conflictiva edípica se dirige al inconsciente, entonces se pone en funcionamiento el complejo de castración, que aporta al niño una respuesta rudimentaria al enigma que le plantea la diferencia anatómica de los dos sexos (posesión o privación del pene) que el niño atribuye al cercenamiento del pene en la niña. El niño teme el cercenamiento del pene como castigo de sus actividades sexuales, lo cual le provoca una intensa angustia de castración. En la niña, la ausencia de pene es sentida como un perjuicio sufrido que psicológicamente intentará negar, compensar o reparar.
Edipo --> fenómeno central del periodo sexual de la primera infancia. No funciona porque:
a) está condenado al fracaso, porque no se tendrá la satisfacción ni el hijo;
b) se desvanece porque su tiempo ha llegado.
El interés del niño por los genitales, fase fálica, desaparece para volver luego del periodo de latencia. Durante este periodo, le otorga especial atención y recibe entonces la amenaza de castración de parte de la madre, que buscan reforzar su autoridad con la ayuda del padre o del médico
Al principio no presta oídos a la amenaza, pasa por el retiro del pecho materno, temporario y definitivo luego y la separación del contenido de los intestinos, requerido diariamente. Cuando ve la falta en una niña, advierte la posibilidad de la castración y la amenaza adquiere su efecto con posterioridad (nachträglich). El complejo de Edipo ofrece al niño dos vías:
- activa, tomar a la madre y sustituir al padre
- pasiva, hacerse amar por el padre.
La persecución del Edipo en cualquiera de los sentidos determina la castración (como castigo o como requisito), aparece la lucha entre el narcisismo hacia una parte de su cuerpo y la investidura libidinosa de objeto. El Yo del niño se extraña del complejo.
Solución Se sustituye la investidura de objeto por la identificación, se introyecta a la autoridad del padre y de la madre, y se forma el núcleo del superyó, que severamente prohíbe el incesto y el retorno de las investiduras de objeto. Las aspiraciones libidinales son desexualizadas y sublimadas por una parte, e inhibidas en sus metas y mudadas en mociones tiernas. Se inicia el periodo de latencia. Describe este proceso como represión, si bien a futuro requiere el superyó que en este caso está en formación. Más que represión es cancelación y destrucción del complejo.
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