Gottfried Wilhelm von Leibniz (1 de julio, 1646 - 14 de noviembre, 1716) fue un filósofo, matemático, jurista y político alemán nacido en Leipzig en 1646.
Durante su infancia, su educación se realizó, casi exclusivamente, gracias a la lectura de la biblioteca paterna. A los 12 años, hablaba latín y comprendía griego. Su primera formación oficial la recibe en la Nikolai Schule, Leipzig, donde sentirá gran interés por la lógica aristotélica de influencia escolástica. En 1661, entró en la universidad de Leipzig. Posteriormente, en 1663, defendió su tesis Disputatio metaphysica de principio individui, obra muy influenciada por la lectura del pensador jesuita Francisco Suárez. Aquel mismo año, Leibniz partió hacia Jena, donde siguió el curso de matemáticas de Weigel al tiempo que estudiaba historia y jurisprudencia.
En 1672, el elector de Maguncia envió a Leibniz a París. Fue un viaje decisivo para el filósofo, en donde conoció a Arnauld y a Huygens, este último le inició en las matemáticas de los pensadores modernos. La estancia en Paris le permitió no sólo conocer manuscritos inéditos de la obra de Pascal y del propio Descartes, sino también la utilidad práctica que posee el saber. De hecho, sintió gran admiración por la Real Academia de las Ciencias de Paris y de la Royal Society. Fue miembro de esta última. Leibniz descubrió poco después el cálculo diferencial y en 1676 inventó el cálculo infinitesimal. Junto a Sir Isaac Newton es considerado el padre del cálculo moderno.
También se le adjudica haber utilizado por primera vez la palabra función que proviene del latín functo que significa acto de realizar. Dominaba el latín, griego, francés, inglés y alemán e incluso llegó a interesarse por la escritura china, manteniendo importante correspondencia con jesuitas que misionaron en China.
Con todo, Leibniz, es sin lugar a dudas, el máximo exponente del pensamiento barroco, puesto que llegó a destacarse en todas las áreas a las cuales se dedicó: filosofía, matemáticas, teología, derecho, historia, física, por nombrar las más importantes. En el plano estrictamente filosófico, Leibniz desarrolló el concepto de mónada, especie de reinterpretación de la noción aristotélica de sustancia.
Nacido en Leipzig en 1646, hijo de un profesor de universidad, se formó en su localidad natal en Filosofía y en Derecho en Jena y Altdorf, doctorándose a los veinte años. Erudito, sus contribuciones tocan los campos de la historia, las leyes, la lengua, la teología, la física y la filosofía. Al mismo tiempo que Newton descubre el cálculo infinitesimal. Continuador de la filosofía de Descartes, para quien existían dos clases de sustancias -corporal y espiritual-, para Leibniz sólo existe la segunda, que además será simple, indivisible y actuante, es decir, motor de la acción.
Establece que el mundo está compuesto de "mónadas", unidades mínimas cargadas de atributos, con capacidad para percibir y actuar. Cada una de ellas es única y refleja en sí el universo, configurando a su vez un universo en pequeño. Las mónadas no se influyen o interactúan entre sí, sino que actúan de manera independiente y sin comunicación.
Por otro lado, Leibniz postula la teoría de la armonía preestablecida, según la cual Dios es el creador de las cosas que hay en el universo, pero son las cosas las que, dotadas de movimiento, se mueven por sí mismas. Defensor de Dios en su "Teodicea", critica los argumentos de Bayle según los cuales un mundo imperfecto, en el que existe el mal, no puede haber sido realizado por un Dios perfecto y bien supremo.
Leibniz argumenta que, si bien el mundo no es absolutamente perfecto, sí es el más perfecto de los posibles, como expresa un famoso personaje del "Cándido" de Voltaire. El "optimismo metafísico leibniziano" se formula también preguntas acerca del origen del mal y de la relación entre predestinación y libre albedrío,
concluyendo que Dios permite la existencia del mal, si bien no la quiere, y que el destino y la libertad del individuo funcionan conjuntamente. En el campo de la matemática, realizó contribuciones a la teoría de los números, al cálculo mecánico, álgebra, etc. Es el iniciador de la lógica matemática y de la topología. Enuncia el principio según el cual la masa por el cuadrado de la velocidad se mantiene constante.
Falleció en Hannover el 14 de noviembre de 1716, siendo el primer filósofo alemán de repercusión universal.
Durante su infancia, su educación se realizó, casi exclusivamente, gracias a la lectura de la biblioteca paterna. A los 12 años, hablaba latín y comprendía griego. Su primera formación oficial la recibe en la Nikolai Schule, Leipzig, donde sentirá gran interés por la lógica aristotélica de influencia escolástica. En 1661, entró en la universidad de Leipzig. Posteriormente, en 1663, defendió su tesis Disputatio metaphysica de principio individui, obra muy influenciada por la lectura del pensador jesuita Francisco Suárez. Aquel mismo año, Leibniz partió hacia Jena, donde siguió el curso de matemáticas de Weigel al tiempo que estudiaba historia y jurisprudencia.
En 1672, el elector de Maguncia envió a Leibniz a París. Fue un viaje decisivo para el filósofo, en donde conoció a Arnauld y a Huygens, este último le inició en las matemáticas de los pensadores modernos. La estancia en Paris le permitió no sólo conocer manuscritos inéditos de la obra de Pascal y del propio Descartes, sino también la utilidad práctica que posee el saber. De hecho, sintió gran admiración por la Real Academia de las Ciencias de Paris y de la Royal Society. Fue miembro de esta última. Leibniz descubrió poco después el cálculo diferencial y en 1676 inventó el cálculo infinitesimal. Junto a Sir Isaac Newton es considerado el padre del cálculo moderno.
También se le adjudica haber utilizado por primera vez la palabra función que proviene del latín functo que significa acto de realizar. Dominaba el latín, griego, francés, inglés y alemán e incluso llegó a interesarse por la escritura china, manteniendo importante correspondencia con jesuitas que misionaron en China.
Con todo, Leibniz, es sin lugar a dudas, el máximo exponente del pensamiento barroco, puesto que llegó a destacarse en todas las áreas a las cuales se dedicó: filosofía, matemáticas, teología, derecho, historia, física, por nombrar las más importantes. En el plano estrictamente filosófico, Leibniz desarrolló el concepto de mónada, especie de reinterpretación de la noción aristotélica de sustancia.
Nacido en Leipzig en 1646, hijo de un profesor de universidad, se formó en su localidad natal en Filosofía y en Derecho en Jena y Altdorf, doctorándose a los veinte años. Erudito, sus contribuciones tocan los campos de la historia, las leyes, la lengua, la teología, la física y la filosofía. Al mismo tiempo que Newton descubre el cálculo infinitesimal. Continuador de la filosofía de Descartes, para quien existían dos clases de sustancias -corporal y espiritual-, para Leibniz sólo existe la segunda, que además será simple, indivisible y actuante, es decir, motor de la acción.
Establece que el mundo está compuesto de "mónadas", unidades mínimas cargadas de atributos, con capacidad para percibir y actuar. Cada una de ellas es única y refleja en sí el universo, configurando a su vez un universo en pequeño. Las mónadas no se influyen o interactúan entre sí, sino que actúan de manera independiente y sin comunicación.
Por otro lado, Leibniz postula la teoría de la armonía preestablecida, según la cual Dios es el creador de las cosas que hay en el universo, pero son las cosas las que, dotadas de movimiento, se mueven por sí mismas. Defensor de Dios en su "Teodicea", critica los argumentos de Bayle según los cuales un mundo imperfecto, en el que existe el mal, no puede haber sido realizado por un Dios perfecto y bien supremo.
Leibniz argumenta que, si bien el mundo no es absolutamente perfecto, sí es el más perfecto de los posibles, como expresa un famoso personaje del "Cándido" de Voltaire. El "optimismo metafísico leibniziano" se formula también preguntas acerca del origen del mal y de la relación entre predestinación y libre albedrío,
concluyendo que Dios permite la existencia del mal, si bien no la quiere, y que el destino y la libertad del individuo funcionan conjuntamente. En el campo de la matemática, realizó contribuciones a la teoría de los números, al cálculo mecánico, álgebra, etc. Es el iniciador de la lógica matemática y de la topología. Enuncia el principio según el cual la masa por el cuadrado de la velocidad se mantiene constante.
Falleció en Hannover el 14 de noviembre de 1716, siendo el primer filósofo alemán de repercusión universal.
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