JERUSALÉN, julio 1993.- La impotencia sexual, a menos que sea irreversible, ha dejado de ser una causal de divorcio, informaron fuentes de los tribunales rabínicos, que en Israel son los que entienden en asuntos de familia.
El cambio se debe a los adelantos en el estudio de la afección, y a los logrados por la medicina para facilitar la erección por medio de inyecciones vasodilatadores en el pene.
Hasta hace dos años la mujer podía alegar la impotencia de su marido para exigirle el divorcio, pero ahora, en nombre de la “paz hogareña”, los tribunales les recomiendan un tratamiento médico, informó el rabino Shelomo Dikovsky en un simposio internacional sobre “Medicina, ética y Halajá (ley religiosa judía)”.
Los religiosos observantes que sufren de impotencia, además, pueden aplicarse las inyecciones aún durante el día del descanso sabático (Shabat), en la cual les está prohibida casi toda actividad física que recuerde una tarea laboral, y hasta fumar o encender fuego.
La decisión rabínica está vinculada al parecer con el precepto bíblico sobre la procreación y con la habitual práctica de las relaciones sexuales en la noche de los viernes, cuando comienza la jornada sabática, debido a la presencia divina en la alcoba matrimonial. (EFE).