Una filial de la corporación Lockheed Martin trabaja en la creación de una bala de pequeño calibre que puede ubicar su objetivo gracias a un sensor óptico y autodirigirse hasta treinta veces por segundo para impactar con precisión en su destino.
La bala podrá alcanzar objetos a distancias de unos dos kilómetros, mientras se desarrolla un prototipo de más precisión que podrá impactar a distancias mayores.
Los ingenieros a cargo del proyecto aseguran que la nueva tecnología "sería una revolución para las fuerzas de tierra" y "podría ayudar a reducir el número de víctimas civiles en conflictos futuros".
La BBC indicó que tras realizarse dos pruebas de campo y simulaciones en ordenadores, los encargados del invento admitieron que aún sufre de imperfecciones.
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