Vasudeo Khandekar Doreen -conocido como Príncipe Vas- es soberano de Dubeldeka, una micronación localizada a 200 kilómetros de Brisbane, en Australia.
Hace diez años este abogado jubilado de origen maorí decidió romper con el Estado australiano “por no respetar sus derechos civiles” y fundó su propia república que a la fecha tiene 102 habitantes.
Él será uno de los invitados al congreso de micronaciones que se celebrará en julio en Marbella, E spaña, donde se discutirán mecanismos individuales y en conjunto en la búsqueda del reconocimiento internacional.
Según el libro Micronations, manual para crear tu propio país, de John Ryan, George Dunford y Simon Sellars, actualmente hay al menos 57 de estos proyectos que, a diferencia de los microestados (como el Vaticano) no son oficiales y, generalmente, tampoco son legítimos, como sí lo son varios “estados no reconocidos” (como Palestina).
“Un día le dije a mi esposa Lucy que ya no podía seguir pagando impuestos a un Estado que no me representa. Entonces le planteé una idea que puede sonar loca, pero que está fundamentada en el derecho a la autodeterminación de los pueblos contemplado en la carta fundacional de Naciones Unidas. Así, creé Dubeldeka”, señala Vas.
Dubeldeka no tiene fronteras. Un cartel en una carretera estatal indica que se ingresa en un principado que tiene su propia moneda y emite pasaporte.
En la lista destacan casos curiosos como Sealand, una infraestructura artificial marina del tamaño de una cancha de básquet; Ducado, un emporio “antiimpuestos” concebido en los años 70 en Tasmania; o Ladonia, creada por el artista sueco Lars Vilks como “reservorio del arte y la cultura”.
Aunque la organización de los fundadores o propietarios es seria y tiene muchas ambiciones -incluso esta semana se efectuará una cita preparatoria en Londres-, la mayoría de los expertos descarta el éxito de casi todos estos emprendimientos.
Según Ben Saul, director del Centro Internacional de Leyes de Australia, “la mayoría de reclamos de independencia de personas que se atribuyen la fundación de un Estado se basa en vacíos legales propios de la viejas disposiciones británicas”, tanto en Australia como en otras ex colonias.
El analista español Carlos Villajunquera sostuvo a TVE que “las micronaciones, también conocidas como países modelo o países de nuevos proyectos, son entidades que dicen ser independientes, pero que no son reconocidos por gobiernos u organizaciones internacionales”.
“Estas naciones a menudo existen sólo en papel, en internet o en las mentes de sus creadores”, agregó el especialista. Y a ello se puede agregar que buena parte de los “intentos de micronación” responde a presuntos hechos ilegales como el lavado de dinero, el narcotráfico o tretas en busca de eludir legislaciones y regulaciones.
La insólita Sealand
El 8 de enero pasado, el príncipe Michael de Sealand decidió poner en venta su isla artificial frente a las costas inglesas, considerada como el país no reconocido más pequeño del mundo.
Michael fundamenta sus argumentos de reconocimiento soberano en la Convención de Montevideo (1933) que señala los requisitos de un Estado como sujeto de derecho internacional.
Sealand, inverosímil y todo, los cumple. Cuenta con una población permanente (que sea escasa no importa); un territorio definido (aunque minúsculo), un Gobierno, y capacidad de relacionarse con otros estados.
“El problema reside en que los rigores de la crisis financiera alcanzaron a Sealand y por eso la intención es vender la isla”, explica el diario inglés The Times.
Más allá de la anécdota, según la prensa inglesa, decenas de medios ya se acreditaron para cubrir esta especie de “cumbre mundial de las micronaciones” que no alcanzará, no obstante, la trascendencia de cualquier símil de la ONU u otro organismo ortodoxo.
Algunas conocidas micronaciones
Reino El 1 de abril de 1977, el bibliófilo Richard George William Pitt Booth declaró al pueblo galés de Hay-on- Wye un reino independiente con él mismo como monarca. La ciudad desarrolló posteriormente una industria turística sana, basada en intereses literarios, y el rey Richard (cuyo cetro consiste en un émbolo de aseo reciclado) sigue gobernando “decentemente”.
Principado El principado de Hutt River, en Australia, fue fundado en 1970, cuando Leonard Casley declaró su independencia después de una disputa por cuotas de trigo con el Estado.
Bumbunga 1976 fue testigo de la creación de la provincia de Bumbunga en una propiedad rural cercana a Snowtown, Australia del Sur, por un británico excéntrico.
Aeterna El Estado Soberano de Aeterna Lucina se creó en una aldea de Nueva Gales del Sur, costa norte en 1978.
Ducado Un activista anti-impuestos fundó el Gran Ducado de Avram, en el oeste de Tasmania, a finales de 1970. “Su Gracia el Duque de Avram” más tarde fue electo al Parlamento de Tasmania.
Rainbow Creek En el estado de Victoria, Australia, una larga disputa sobre daños por las inundaciones a varias granjas llevó a la creación del Estado Independiente de Rainbow Creek en 1979.
Atlantium El Imperio de Atlantium se estableció en Sídney, en 1981, como un gobierno mundial.
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HABITANTEStiene el principado de Dubeldeka, en Australia, una micronación no reconocida.
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