Alcanza temperaturas mayores a la superficie del sol. UN PARARRAYOS PUEDE DISIPAR LA MITAD DE SU ENERGÍA Y DEBERÍA ESTAR EN LA MAYORÍA DE LOS EDIFICIOS. Las casas deben tener un sistema de contacto a tierra para proteger la red de la sobrecarga
Texto: Javier Méndez Vedia Fotos: Rolando Villegas
Es gorda, blanca y trae problemas. Como pronosticador, Luis Salinas le presta mucha atención. También lo hacen los controladores de vuelo que, como Salinas, trabajan en Viru Viru. Todos saben que hay que tener cuidado cuando aparecen estas nubes, porque hay una tormenta formándose.
Son los cúmulonimbos, nubes que parecen grandes y altos pedazos de algodón. En el oriente boliviano, la base de estas nubes está a una distancia del suelo que oscila entre 700 y 1.000 metros, y su cima puede sobrepasar los 15 kilómetros. Hay espacio suficiente para que en su interior se produzcan las corrientes ascendentes de aire caliente y las descendientes de aire frío. Hay fricción de las gotas de agua en su interior, lo que produce cargas eléctricas. Así nace una tormenta eléctrica.
Y en esta época del año, debido al retraso de las lluvias, Luis Salinas dice que las precipitaciones continuarán varias semanas.
Los rayos no preocupan demasiado a los pilotos, porque los materiales de las naves conducen la descarga, que continúa su camino hacia otro punto. El avión continuará su vuelo. Eso no significa que se deba descartar un incendio, aunque las medidas de seguridad en la construcción de naves hace que esto sea poco probable.
Lo que es muy peligroso para la aviación son las corrientes ascendentes y descendentes que hay en estas nubes. Una de ellas puede afectar una parte del avión y ponerlo de lado, haciendo que pierda sustentación. En estos casos, los pronosticadores y los controladores de vuelo recomiendan rodear la nube.
Hace tres años, cuando un avión comercial boliviano ingresó en una de estas nubes, salió con daños en las alas y en parte del fuselaje debido a los granizos que había en el cumulonimbo. Costo de la reparación: $us 1 millón.
Si la tormenta está cerca de la franja de aterrizaje, el piloto debe mantenerse en vuelo (‘haciendo holding’, en la jerga aeronáutica) hasta que la tormenta se aleje, porque se producen corrientes circulares que suben y bajan cerca de la superficie, como explica el pronosticador Herland Salvatierra. Esas turbulencias pueden complicar el momento del aterrizaje. Hace poco, un vuelo de TACA estuvo una hora esperando las condiciones más seguras para aterrizar. Es muy tranquilizador saber que todas las naves tienen un radar que les indica cuándo están frente a una tormenta peligrosa. El sonido rebota en las gotas de agua o granizo de la nube y, según los decibeles que registra, se puede determinar si es una nube con agua líquida o cristales. En resumen, todas estas medidas constribuyen a que volar continúe siendo seguro.
EN LA CIUDAD
No hay forma de protegerse. Al menos, no totalmente. Es imposible garantizar el 100% de protección contra las tormentas, según Javier Melgar, gerente comercial de la Cooperativa de Electrificación Rural (CRE). Los rayos, uno de los fenómenos más poderosos e impredecibles de la naturaleza, obligan a la principal proveedora de electricidad en el departamento a proteger todas sus instalaciones. Cita una norma de seguridad internacional en la que se reconoce que “la propiedad más importante del rayo es su complejidad”.
La CRE insiste, como manera de protección, que todos los medidores tengan un ‘aterramiento’ o conexión a tierra. Eso significa instalar una jabalina o vara de acero y cobre que se entierra a cierta profundidad. Por seguridad, las tomas eléctricas de las casas deben tener una conexión a una jabalina. Eso evitará problemas cuando haya sobrecargas en las líneas.
Melgar recomienda, en caso de tormenta, desenchufar todos los artefactos eléctricos. “A veces desenchufamos todo, pero seguimos con la computadora”, advierte. Las descargas durante estos fenómenos pueden llegar a los cables de la casa y afectar a quienes están utilizando los aparatos. Un artefacto relativamente barato para evitar problemas en los equipos es el supresor de picos, que se utiliza solo en las computadoras. En realidad, debe utilizarse en las conexiones del televisor, la heladera, el microondas y en equipos de música. Cada uno cuesta Bs 30, aunque es recomendable utilizar alguno que esté garantizado.
Pese a la cantidad de edificios con pararrayos, en 2011 la CRE registró 17 casos de daños por descargas atmosféricas. En este caso, la cooperativa no está obligada a reponer los equipos. La mayoría ocurrió entre octubre y noviembre.
El ingeniero eléctrico Victor Hugo Suárez insiste en que el ‘aterramiento’ es imprescindible para todos los domicilios y redes de baja tensión (como la que usamos en nuestras casas). Con mayor razón un cable a tierra es necesario para las industrias y edificios. Por supuesto, se aplica a torres, líneas de transmisión y subestaciones. Suárez trabaja apoyándose en normas internacionales, como la NFPA y la 780, “que todo ingeniero eléctrico debe conocer”, afirma. Además, está la norma boliviana NB777, en la que se describen los esquemas de conexión a tierra, protección de los contactos eléctricos, además de la protección contra sobrecorrientes y sobretensiones.
LOS GRANDES EDIFICIOS
Uno de los mejores lugares para protegerse es un edificio. “Cuanto más alto, mejor”, comenta Melgar. Debe ser raro el edificio que no tenga un pararrayos. Su costo (desde $us 100) es tan reducido y su utilidad tan grande que no vale la pena dejar de invertir en él. Es más, todas las casas podrían tener uno. Suárez recuerda que las compañías aseguradoras exigen estas protecciones porque las descargas atmosféricas son responsables del 5% de los montos que pagan por daños.
No hay una norma municipal que exija la instalación de pararrayos a las nuevas edificaciones. Lo dice el arquitecto Alberto Ribera, director de Regulación Urbana del municipio. Sin embargo, cita la Ley de Aeronáutica, que exige la colocación de pararrayos y balizas en todos los edificios. La baliza es la luz roja que, durante la noche, se puede ver por encima de las azoteas. Es diferente el caso de las antenas. El municipio ha emitido una ordenanza que estipula la obligatoriedad de colocar balizas y pararrayos.
El ingeniero electrónico Mario Subirana recomienda hacerlo en todas las casas. Él trabaja en una firma que vende descargadores de tensión, que complementan al pararrayos. El pararrayos lleva a tierra el 50% de la energía del rayo. El resto se disipa en la red eléctrica. De ese restante se ocupa el descargador de tensión.
EN EL CAMPO
Puede haber rayos de nube a nube, pero también de nube a tierra. Cuando una persona está en una pampa y no encuentra dónde guarecerse, lo mejor es ponerse de cuclillas y tomarse las rodillas con las manos. Así se disminuye el contacto con la tierra y se disminuye la altura, afirma Javier Melgar. El pronosticador Luis Salinas recuerda que un rayo alcanzó a un jinete que, inexplicablemente, sobrevivió, aunque la cabalgadura quedo chamuscada. Ni montar ni andar en bicicleta es recomendable mientras dura este fenómeno.
Josefina Martínez, de Uverito (Venezuela), contó que un rayo cayó sobre el arado de su finca. “No había tormenta, solo gotas de lluvia y un leve relampagueo. El mayordomo salía a recoger el ganado, cuando a unos 250 metros de la casa, y a unos 10 o 15 metros de él, de repente cayó al suelo una explosión, él dice que un corrientazo invadió su cuerpo, levantándolo del suelo; en casa vimos cómo un llamarón de candela empezó a quemar el pasto”. Josefina contó a EXTRA que desde lo sucedido en ese año (2008), en el lugar no ha nacido ningún tipo de maleza. Ya ha instalado un sistema de puesta a tierra para su finca. No quiere estar desprotegida cuando el cielo lance chispas.
PARA PROTEGERSE
- ÁRBOLES NO.
Las tormentas se anuncian. Los nubarrones y relámpagos se divisan a gran distancia. Si no ha podido alejarse y está en el campo, no se refugie bajo un árbol. Los rayos buscan el punto más alto para realizar la descarga. Si está en un bosque, refúgiese bajo el árbol de menor altura que encuentre.
- ESTRUCTURAS.
Es conveniente alejarse de silos, torres, antenas y de cualquier estructura alta. Josefina Martínez insistiría en alejarse de los arados. En la lista entran otras estructuras conductoras, como los rieles y los alambres de tendido de ropa. Si hay un grupo grande de personas, es mejor separarse de ellas al menos cinco metros.
- AISLADOS.
Cualquier objeto aislante sirve para colocarse sobre él en cuclillas, si se está a campo abierto. Puede ser un neumático (sin el aro metálico, obviamente) o la mochila si es que no tiene un armazón de metal.
- EQUIPOS.
Si tiene una ducha eléctrica, no la use. Evite el uso del televisor, computadoras, teléfono o cualquier otro equipo. Cuando alcanzan una casa, las descargas suelen viajar por el tendido eléctrico y llegar hasta quienes están utilizando los artefactos.
DE LO IMPREVISIBLE
- SI ESTÁ EN EL AGUA.
No permanezca en la piscina, lago o laguna. Nade o diríjase inmediatamente a tierra.
- SITIOS ALTOS.
Las colinas o elevaciones no son sitios seguros. Si la casa está en un lugar elevado, cierre las puertas y ventanas para evitar las corrientes de aire.
- DEPORTES.
Los partidos de fútbol bajo lluvia no son recomendables. En campo abierto, las personas son puntos de atracción para las descargas. Quienes juegan golf corren peligro por los palos. Los zapatos con puntas metálicas deben evitarse en estos casos.
- INMINENTE.
Es probable que sienta un hormigueo en la piel o que el pelo se erice. En ese momento, un rayo está a punto de caer cerca. Una medida inmediata es tirarse al suelo.
- FUEGO.
El aire caliente de las chimeneas está cargado de iones que ascienden. Eso aumenta la conductividad del aire y abre camino para los rayos, que buscan la menor resistencia. Apague el fuego.
- QUIETO.
Al correr, se crea una turbulencia que puede atraer al rayo. Es mejor permanecer quieto.
Ojo
- SENCILLO.
El uso de los supresores de pico ayuda a controlar las variaciones en la tensión eléctrica. Sin embargo, los descargadores de tensión complementan la acción del pararrayos. Los supresores se encuentran en el mercado local desde Bs 25, aunque es mejor conseguir otros de mayor precio y calidad
- AMENAZA.
Estas personas, que acampan a orillas del lago Titicaca, están expuestas. En caso de tormenta eléctrica, es mejor salir de las carpas, que tienen una estructura metálica que conduce la electricidad. Las casas son un lugar que ofrecen mayor seguridad.
- INVENTOR.
Benjamín Franklin (el del billete de 100 dólares) inventó el pararrayos en 1752. Es famoso el experimento en el que utilizó un volantín o cometa para demostrar que los rayos eran descargas eléctricas de tipo electrostático. Hasta hoy se fabrica un pararrayos llamado Franklin.
- PODER.
La descarga del rayo dura una fracción de segundo. El calor que produce supera a la de la superficie del sol. Llega a los 20.000 amperios. Pese a todo, hay personas, como Jorge Márquez, que han recibido cinco descargas y aún viven para contarlo.
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