Hoy 24 de julio se conmemoran 228 años del natalicio de Simón Bolívar, el Libertador y padre de la patria. Fueron apenas cuatro meses que estuvo en Bolivia, pero su presencia fue trascendental para el destino del nuevo país. Y es que en el complejo proceso de consolidación de la República gravitaron factores externos e internos de gran trascendencia que repercutieron a largo plazo en la conformación de la sociedad y el territorio.
La consolidación como Estado independiente significó para Bolivia, después de los movimientos independentistas de 1809 en Sucre y La Paz, que inflamaron al continente con aires de libertad, una larga y penosa etapa de conflictos con los países vecinos y confrontaciones internas. A Bolívar le tocó un papel destacado en la fase de la edificación institucional y en los cambios socioeconómicos. La paz fue para él tan difícil como la guerra.
Como reconocimiento de gratitud, fue en honor al general venezolano que en 1825 se decidió la denominación del nuevo Estado como República Bolívar. La Bolivia de aquel tiempo expresó al continente entero que, en razón de su ilimitada confianza en el Libertador de Colombia y del Perú, le reconoció como su buen padre y como el mejor apoyo contra los peligros del desorden, la anarquía, la tiranía y las invasiones injustas.
A pesar de haber sostenido una campaña tan activa como fatigosa, el Libertador asumió la Presidencia en cuanto llegó al país, gobernó durante cuatro meses y buscó implantar una nueva base social, dictó algunas medidas que atacaron las estructuras que mantenían a los indígenas marginados de la sociedad.
Durante su corto mandato, emitió más de cincuenta decretos, resoluciones y órdenes referentes a una variedad inmensa de asuntos que incluían minería, impuestos, organización de nuevas instituciones y cuestiones administrativas.
Y es que el gran prócer latinoamericano estaba empeñado en alcanzar “la dicha de la República”. Así, con ese título, el Cóndor de Bolivia, el 14 de diciembre de 1825, reflejaba la titánica labor del general venezolano: “Su Excelencia, el Libertador Simón Bolívar, y el Gran Mariscal, general Antonio José de Sucre, consagrados absolutamente a hacer la dicha de Bolivia, han firmado varios documentos sobre el arreglo de la Hacienda Pública, el pago al Ejército Auxiliar de Colombia, la enseñanza, la minería y otros objetos de suma importancia”.
A su marcha del país, Bolívar logró el reconocimiento del nuevo Estado como nación independiente y entregó la “Constitución más liberal del mundo”. Fue el 25 de mayo de 1826, en la quinta de Magdalena de Lima, donde el Libertador terminó de redactar la primera Ley Constitucional para Bolivia. Debido a la característica vitalicia del cargo presidencial, aquella Carta Magna ha sido llamada Constitución Vitalicia.
Junto con el documento, que inmediatamente discutió el Congreso Constituyente, el general Bolívar envió una comunicación a los legisladores bolivianos en la que explica que la Carta Social que entrega a los pueblos que el Ejército liberó, no se limita a los tres clásicos poderes —Legislativo, Ejecutivo y Judicial— sino que introdujo un cuarto, el Electoral, sin complicar por esto la división clásica de cada uno de los otros. En La “Constitución Vitalicia”, Bolívar no contempló ningún artículo sobre la profesión religiosa, porque —en su conciencia— ésta no debe prescribirse en una Constitución Política.
“La religión gobierna al hombre en la casa, en el gabinete dentro de sí mismo. Sólo ella tiene derecho de examinar su conciencia íntima”, reflexionó el Padre Fundador de Bolivia en la comunicación dirigida a los legisladores bolivianos.
En ella expresa también su gratitud hacia la República de su nombre y asegura que jamás alcanzará a expresar, ni débilmente, la bondad recibida de sus ciudadanos.
“Sólo Dios tenía potestad para llamar a esa tierra Bolivia: ¿Qué quiere decir Bolivia? Un amor desenfrenado de libertad”.
Como reconocimiento de gratitud, fue en honor al general venezolano que en 1825 se decidió la denominación del nuevo Estado como República Bolívar. “¿Qué quiere decir Bolivia? Un amor desenfrenado de libertad”.
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