“El poder del éxito” es el nombre de la charla que dará el conocido conferencista mexicano Miguel Ángel Cornejo, hoy en el hotel Regina de Tiquipaya (informes al 74330533). Sobre la actividad, dirigida a empresarios y líderes, una de las más de 4 mil que Cornejo efectuó por todo el mundo, OPINIÓN dialogó con el conferencista.
P. ¿Cuáles son algunos de los consejos que dará en su conferencia?
R. Por ejemplo, hay un aspecto que es muy relevante en materia del sistema educativo. Esto lo presentamos como tesis en la primera Cumbre Iberoamericana de la Excelencia de la Educación, en Punta del Este, Uruguay. En la educación normalmente insistimos mucho en las debilidades. Es decir, si tú estás reprobado en matemáticas, pero sacas 70 en literatura, resulta que los papás y los maestros te insisten en que pases matemáticas. Tal vez tengas a un Gabriel García Márquez delante de ti, pero lo tienes estudiando matemáticas. ¿De qué le hubiera servido a García Márquez estudiar matemáticas, o a Mario Vargas Llosa estudiar biología o a Albert Einstein estudiar ballet clásico? Hay que dedicarnos al talento, entonces algunas escuelas, en las tardes, en lugar de darte clases en tu debilidad te dan clases en tu talento. Es más viable que tengas éxito en la vida si te dedicas a lo que por talento natural ya tienes. Si existiera la reencarnación -yo no creo en ella- y el niño se convertiría en perro, algunos padres y maestros se convertirían en pulgas para seguir jodiendo con la debilidad. Hay que darnos el espacio para desarrollar el talento y no estar combatiendo siempre las debilidades. Tienes una posibilidad garantizada de éxito si te dedicas a tu talento. (…) Si eres buenísimo para la cocina, y la estudias y la practicas, posiblemente te puedas convertir en un Gastón Acurio de Perú, un fenómeno para la cocina que estudió para abogado. Su padre le envió a estudiar a Inglaterra, él regresó y le entregó su diploma y luego se fue para la cocina, y ahora tiene restaurantes en Madrid, Chicago, México y Colombia (…).
P. ¿Qué es el éxito para usted?
R. Es como los paladares, cada quien tiene su concepción de éxito. Para unos puede ser una empresa, para otros una familia bien integrada, tener una casa, hacer un viaje. El éxito es lograr tus sueños. Teresa de Calcuta logró su sueño, y no digamos que era millonaria, al contrario, estaba en la capital mundial de la pobreza que es Calcuta, pero para ella ese era su éxito: atender a las personas de los leprosarios. (…) El éxito no es cuantificable, es de cada quién. Habían dos vagos echándose su cigarrito debajo del puente, y uno de ellos le dice al otro: -Oye, tú eres un frustrado y yo soy un realizado. El otro le pregunta que por qué y el primero le dice: -Porque yo siempre quise ser vago y tú siempre quisiste ser rico. Cada quien mide el éxito de acuerdo a sus sueños.
Aprovecharlas para avanzar
P. ¿La moral de la productividad no está relacionada a un sistema económico que se viene resquebrajando en el mundo?
R. Los vaivenes económicos son y serán por siempre movimientos telúricos, sobre todo con los vecinos que tenemos los mexicanos, los gringos, que son los principales consumidores del mundo. Cuando ellos estornudan, a nosotros nos da neumonía, nos mueven todo. Si vemos las noticias de 1929, éstas nos hablan de una gran crisis económica, igual las de 1852, las del medioevo. La crisis es parte de nuestra naturaleza. Tu primera crisis es cuando naces. Estabas tan a gusto y contento en un gabinete delicioso, que es el vientre de tu madre, y de repente estás fuera. Tienes crisis cuando es tu primer día de clases, vienen crisis con la novia, con la pareja, la crisis económica. Vivimos en crisis. Crisis significa pasaje en griego. Vivimos constantemente en pasajes y hay a quienes las crisis les fortalece y a quienes les debilita. ¿Por qué no las aprovechamos para avanzar?
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